La mega fiesta en la Escuela de Danza incluia:
Un cierre de trabajo ,
Una pase de retiro de Marta nuestra preceptora,
La despedida de soltera de la directora,
un cantante de karaoke
y un amontonamiento de generaciones y afectos.
Corrida la imagen como en las viejas tv ponia en juego lo efimero y era una escena conmovedora( conmover significa mover de lugar) que se tejia de manera acelerada.
Volvi a las 3 am destruida, me acuesto y prendo la compu porque no me puedo dormir. Mi hermano me manda un recorte que encontro en Google de mi papa y lo quiere compartir.
Todo mas confuso a medida que la noche avanza.
Lei la nota y me emocione mucho.
Un papa que siempre estuvo lejos y desfazado.
Anoche baile sin parar y no tuve verguenza de nada.
Apague la luz en Bosnia.
Un minuto de silencio.
Carlos Martirena
El fallecimiento
Sábado 7 de noviembre de 1998 Publicado en edición impresa .
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El fallecimiento
Sábado 7 de noviembre de 1998 Publicado en edición impresa .
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En la madrugada de ayer, pocas horas después de concluir tareas de edición en La Nación , falleció en La Plata, donde vivía, Carlos Gregorio Martirena, redactor de este diario, donde era muy querido y respetado por todos.
Un infarto masivo lo sorprendió al cabo de una jornada de trabajo en la cual, como todos los días, había puesto renovado entusiasmo, rigor profesional y espíritu de sacrificio.
Había entrado en esta casa en 1981 y su modo de ser no pasaba inadvertido para nadie: era un hombre bueno y noble, que no concebía la maldad; excelente compañero, siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás.
"Goyo" Martirena había nacido en Carmen de Patagones, en 1943. Allí realizó sus estudios primarios. El secundario lo cursó en Concordia, Entre Ríos, en el viejo Colegio Nacional.
Se graduó de licenciado en Economía en la Universidad Nacional del Sur, en Bahía Blanca. Luego se instaló, con su familia, en Lanús.
Abrazó entonces una pasión postergada: el periodismo. Se inició en el diario La Opinión, para desempeñarse luego en Clarín y en La Nación .
Durante años tuvo a su cargo la columna "En el campo empresario". En 1992, La Nación lanzó el suplemento La Plata y Martirena pasó a desempeñarse en esa ciudad, donde se había radicado en 1983, pero uno o dos días por semana venía a la Capital para cerrar esa edición o el suplemento Bonaerense.
Amaba la música clásica y el jazz. Tuvo cuatro hijos y una nieta. ( en Bosnia los verbos en pasado se usan mucho)
Ayer, en la redacción de La Nación se guardó un minuto de silencio en su memoria.
El sepelio se efectuará hoy, a las 10, en el cementerio de su ciudad natal
Un infarto masivo lo sorprendió al cabo de una jornada de trabajo en la cual, como todos los días, había puesto renovado entusiasmo, rigor profesional y espíritu de sacrificio.
Había entrado en esta casa en 1981 y su modo de ser no pasaba inadvertido para nadie: era un hombre bueno y noble, que no concebía la maldad; excelente compañero, siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás.
"Goyo" Martirena había nacido en Carmen de Patagones, en 1943. Allí realizó sus estudios primarios. El secundario lo cursó en Concordia, Entre Ríos, en el viejo Colegio Nacional.
Se graduó de licenciado en Economía en la Universidad Nacional del Sur, en Bahía Blanca. Luego se instaló, con su familia, en Lanús.
Abrazó entonces una pasión postergada: el periodismo. Se inició en el diario La Opinión, para desempeñarse luego en Clarín y en La Nación .
Durante años tuvo a su cargo la columna "En el campo empresario". En 1992, La Nación lanzó el suplemento La Plata y Martirena pasó a desempeñarse en esa ciudad, donde se había radicado en 1983, pero uno o dos días por semana venía a la Capital para cerrar esa edición o el suplemento Bonaerense.
Amaba la música clásica y el jazz. Tuvo cuatro hijos y una nieta. ( en Bosnia los verbos en pasado se usan mucho)
Ayer, en la redacción de La Nación se guardó un minuto de silencio en su memoria.
El sepelio se efectuará hoy, a las 10, en el cementerio de su ciudad natal
2 comentarios:
Que impactante que lo hayas subido y la definicion de lejos y desfasado, me quedo pensando en esa última palabra, porque de estar lejos no sólo era de vos sino que afectivamente estaba lejos tb, de nosotros, tal vez atenuado por bovias razones de la cercanía cotidiana, pero no mucho más que por eso.
Honremos los que nos permitiò estar en este mundo como seres vivos.No importa el desfasaje, ni tantas otras falencias que corren por nuestras venas. Las raices ancentrales (todas juntas) armaron nuestro querido ADN. Goyo, salud!
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