sábado, 14 de mayo de 2011

Heterónimos





Estoy en la etapa "entrevista" para una obra de Teatro Documental en Estacion Rosario con Ángel Romero, uno de los ultimos vendedores ambulantes de colectivo de Bahia Blanca.

Cada vez que lo entrevisto, Ángel propone un desfile de heterónimos*, que a diferencia de los de Pessoa se llaman todos igual: Ángel Romero. El teatro documental se nutre de esa posiblidad de que la biografía (contra lo que podríamos pensar) movilice la multiplicidad.

Ángel dice que su vida tiene 3 patas: la familia, el trabajo de vendedor y la iglesia evangélica.

Ángel viaja con una naturalidad sorprendente de un relato a otro, de un Ángel a otro, así como viaja 8 hs por día arriba de los colectivos bahienses vendiendo medias.

El Ángel que reflexiona sobre economía viaja con el que te evangeliza con salmos que viaja con el cuenta fábulas con moraleja que a su vez viaja con el hombre que de su pasado cuenta poco o nada que viaja con el que te vende lo que sea. En el tránsito de uno a otro, en el viaje, siempre aparece algo que se ve a medias, algo fugaz en la ventanilla que hace que uno desee detenerse para verlo mejor, para ver qué es. Tarde o temprano, eso que apenas vimos con el rabillo del ojo va a jugar un papel fundamental en dar vida al teatro documental.

"De todo quedaron tres cosas
la certeza de que estaba siempre comenzando
la certeza de que habia que seguir
la certeza que sería interrumpido antes de terminar
hacer de la interrupción un camino nuevo"

Fernando Pessoa

*Fernando Pessoa, poeta portugués, utilizaba el término "heterónimo" para designar distintos personajes (Álvaro de Campos, Ricardo Reis, Bernardo Soares, etc) cada uno con su biografía, y con su obra particular.

1 comentario:

El_conde_Seba dijo...

Un grande Angel (hasta este momento no sabía como se llamaba). Me acuerdo que lo vi por primera vez en un colectivo que viajaba de Bahía Blanca a Médanos. En aquella época viajaba todos los sábados a la mañana. Y cada sábado esperaba que apareciera. Porque me pareció que no era un vendedor más. La primera vez que lo ví me sorprendió la habilidad para vender cualquier cosa (no cualquiera puede convencer y dar un argumento en poco tiempo con pocas palabras). A los vendedores ambulantes siempre los vi con algo de arte en ellos, porque ofrecen un producto por medio de mecanismos para llamar la atención, ser cautivantes y convencer de que su producto es el mejor. Sinceramente admiro la manera de relatar las cualidades de su venta; hasta podría decir que hay un canto oculto en sus palabras.