domingo, 28 de febrero de 2010

Cantos de Experiencia de Martin Jay



"Variaciones modernas sobre un tema universal" dice como subtítulo y tiene un reloj de arena en la tapa en blanco y negro.
496páginas y elijo tres fragmentos del capítulo 9_ La reconstitución postestructuralista de la experiencia- de Michel Foucault:

"La experiencia no es ni verdadera ni falsa; es siempre ficción, algo que existe solo después de haber sido hecha, no antes. No es algo que sea `verdadero`: es algo que ha sido una realidad"
"a partir de la experiencia , es preciso desbrozar el camino para una transformación, para una metamorfosis que no es solamente individual sino que tiene un carácter accesible a otros; es decir esta experiencia, debe ser, en cierta medida, vinculable a una práctica colectiva y a una manera de pensar".
" una experiencia es, por cierto, algo que uno tiene solo; pero que no producirá todo su impacto a menos que el individuo se las ingenie para escapar de la pura subjetividad, de manera tal que a otros les sea posible- no digo reexperimentarla exactamente pero al menos cruzarse con ella o reconstruirla".



viernes, 19 de febrero de 2010

A chair is a chair

No tengo palabras para describir lo que me pasa con los dibujos de Mariana Sabattini. Sólo creo que cuando ella dibuja lo hace con alguna parte del cuerpo que está alejada de la mano. Es muy buena.

lunes, 15 de febrero de 2010

Estoy en la nubes

Y veo un perro tipo Pluto, dos zapatillas y una cabeza de mosca.

viernes, 12 de febrero de 2010

La acompaña la muerte


1-En la casa de mi amiga Alejandra Ponte hay muchos germinadores. Hay de semilla melón, de lenteja y de zapallo (es el que más le crece).
Ella sabe que me gustan mucho entonces me mandó algunas fotos. Ësta me sorprendió por el título que le puso "La acompaña la muerte".
2- Cuando empecé a dar clases de danza clásica (allá por los 90) hice una suplencia con alumnas de 8 años. No sé muy bien ni me acuerdo porqué les pedí a cada una que traiga un germinador con la semilla que quiera. A cada clase llevaban al aula los frascos con su nombre y los acomodaban en fila contra la pared. Me resultaba interesante tener mezcladas nenas y semillas. Al cabo de unos días la cosa se puso mejor porque la semilla Paula se partió por la mitad, el olor a humedad se mezclaba con la ramita que asomaba. Olores, colores , semillas y pasos parecían decir lo mismo.
A los 4 meses vino la titular de la cátedra y tuve que dejar el curso. No me gustó nada cortar la experiencia y sobre todo no saber que pasó con todo eso . Las seguí viendo por los pasillos pero ya no era lo mismo ,un hola y seguíamos viaje.
Encontré un cuaderno de clases con la lista de las semillas y al final a modo de acotación agregué al lado del poroto de Magalí: " siempre se ríe". Uno no sabe quíen se ríe si el poroto o ella. Es un recuerdo que siempre me acompaña y por eso tengo ganas de repetirlo 20 años después.

jueves, 11 de febrero de 2010

Soy un boceto

Este video tiene una particularidad y es que se pueden ver a la vez el proceso de creación en dos planos. Los dibujos, los papeles plegados, los hilos pegados en libretitas junto a los cuerpos que llevan la idea al espacio. Me gusta esa relación en simultáneo. La obra de danza no me sorprende tanto como ver como se pliega un papel para luego ver plegar el espacio.

Siempre me gustaron los bocetos. Encuentro un gran placer en espiar ese mundo de preguntas. La potencia la encuentro entre el intento y la obra terminada.

Un boceto tiene mil finales en potencia.

domingo, 7 de febrero de 2010

Hace dos días que no lloro

"......Una de las fantasías más generalizadas entre los adultos es creer que hay segundas oportunidades. Los niños, a no ser que los adultos los sobornen, saben que no existen. La forma en la que necesariamente se entregan a la experiencia imposibilita que puedan considerar esa idea. En los adultos, la creencia en las segundas oportunidades constituye una doble barrera contra la experiencia. Los niños experimentan constantemente un sentimiento de pérdida: éste como señala Sartre, es el requisito, previo para el sentimiento de aventura.


Hay una razón más por la que los niños se recuperan tan rápidamente de un pérdida definitiva. En el mundo infantil no sucede nada fortuito. No existen los accidentes. Todo está conectado con todo lo demás y todo explica todo lo demás.*(La estructura del mundo infantil es semejante a la de la magia)Así, para un niño ,una pérdida nunca carece de sentido, todo lo que sucede es una necesidad.
Y, sin embargo, aunque volvamos a sufrir como niños, no somos niños. Por encima de todo, los adultos podemos ser concientes, como no pueden serlo los niños, de la arbitrariedad de nuestra situación.


El niño llora para hacerse oír. El hombre llora para sí. Puede que crea incluso que llorando como un niño recobrará aquella capacidad de recuperarse propia de la infancia. Pero es imposible....."

*Véase Jean Piaget

Fragmento de "Un hombre afortunado" de Jhon Berger.

jueves, 4 de febrero de 2010

Otra por un rato





Acabo de leer de un tirón un librito de Pedro Lemebel que tiene exactamente el tamaño de mi mano, una mano que tiene la potencia de una cachetada. Por un buen rato quedo con tanta energía y furia que creo ser parte de él. Me dura poco y me dá lástima.



Los mil nombres de María Camaleón



Como nubes nacaradas de gestos, desprecios y sonrojos, el zoológico gay pareciera fugarse continuamente de la identidad. No tener un solo nombre ni una geografía precisa donde enmarcar su deseo, su pasión, su clandestina errancia por el calendario callejero donde se encuentran casualmente; donde saludan siempre inventando chapas y sobrenombres que relatan pequeñas crueldades, caricaturas zoomorfas y chistosas ocurrencias. Una colección de apodos que ocultan el rostro bautismal; esa marca indeleble del padre que lo sacramentó con su macha descendencia, con ese Luis junior de por vida. Sin preguntar, sin entender, sin saber si ese Alberto, Arturo o Pedro le quedaría bien al hijo mariposón que debe cargar con esa próstata de nombre hasta la tumba. Por eso odia tanto ese tatuaje paterno, ese llamado, ese Luchito, ese Hernancito chico y minusválido que a los homosexuales sólo les sirve para el desprecio y la burla.
Así, el asunto de los nombres no se arregla solamente con el femenino de Carlos; existe una gran alegoría barroca que empluma, enfiesta, traviste, disfraza, teatraliza o castiga la identidad a través del sobrenombre. Toda una narrativa popular del loquerío que elige seudónimos en el firmamento estelar del cine. Las amadas heroínas, las idolatradas divas, las púberes doncellas, pero también las malvadas madrastras y las lagartas hechiceras. Nombres adjetivos y sustantivos que se rebautizan continuamente de acuerdo al estado de ánimo, la apariencia, la simpatía, la bronca o el aburrimiento del clan sodomita siempre dispuesto a reprogramar la fiesta, a especular con la semiótica del nombre hasta el cansancio.
De esto nadie escapa, menos las hermanas sidadas que también se catalogan en un listado paralelo que requiere triple inventiva para mantener el antídoto del humor, el eterno buen ánimo, la talla sobre la marcha que no permite al virus opacar su siempre viva sonrisa. De esta forma, el fichaje del nombre no alcanza a tatuar el rostro moribundo, porque existen mil nombres para escamotear la piedad de la ficha clínica. Existen mil formas de hacer reír a la amiga cero positiva expuesta a la baja de defensas si cae en depresión. Existen mil ocurrencias para conseguir que se ría de sí misma, que se burle de su drama. Empezando por el nombre.
La poética del sobrenombre gay generalmente excede la identificación, desfigura el nombre, desborda los, rasgos anotados en el registro civil. No abarca una sola forma de ser, más bien simula un parecer que incluye momentáneamente a muchos, a cientos que pasan alguna vez por el mismo apodo.
Quizás el listado de chapas que se usan para renombrarse incluya un denso humor, un ácido acercamiento a esos «detalles y anomalías» que el cuerpo debe sobrellevar resignado. A veces cojeras, hemiplejías o «sutiles fallas» que tanto cuesta disimular, que tanto molestan y avergüenzan como agregados de la falla mayor. En este caso el apodo alivia el peso, subrayando de luminaria un defecto que más duele al tratar de esconderse. El apodo hace de ese lunar con pelos una duna de felpa. De esa jodida joroba, un Sahara de odalisca. De esos ojos miopes, un sueño de geisha. De ese enanismo petiso, un Liliput mini y recatado. De esa nariz de hacha, un ventisquero de alientos. De esa obesa calamidad, una nube blanca y rosada a lo Rubens. De esa calva simulada por la partidura casi en la oreja, un brillo de cráneo para la buena suerte. De esas elefánticas orejas, un par de abanicos flamencos. De esa boca de buzón, un beso empapado de tormenta. En fin, para todo existe una metáfora que ridiculiza embelleciendo la falla, la hace propia, única. Así la sobreexposición de esa negrura que se grita y llama y se nombra incansable, ese apodo que al comienzo duele, pero después hace reír hasta a la afectada, a la larga se mimetiza con el verdadero nombre en un rebautismo de gueto. Una reconversión que hace de la caricatura una relación de afecto.
Hay muchas y variadas formas de nombrarse; está el típico femenino del nombre que agrega una «a» en la cola de Mario y resulta «Simplemente Maria». También esos familiares cercanos por su complicidad materna; las mamitas, las tías las madrinas, las primas, las nonas, las hermanas, etc. Además de otros personajes semicampestres, algo inocentes, que se extraen del folclor como las Carmelas, las Chelas, las Rosas, las Maigas, etc. Para las más sofisticadas se usa el remember hollywoodense de la Garbo, la Dietrich, la Monroe, la West. Pero para Latinoamérica hay nombres de vírgenes consagradas por la memoria del celuloide más cercanas: la Sara Montiel, la María Félix, la Lola Flores, la Carmen Miranda. Nadie sabe por qué las locas aman tanto a estas señoras doñas tan lejanas en el tiempo, y a veces casi extraviadas por el sepia de sus fotos. Nadie lo sabe, pero esos nombres se han homosexualizado a través de los miles de travestis que hacen su copia. A través de la mímesis de sus gestos y miradas matadoras. Toda marica tiene dentro una Félix, como una Montiel, y la saca por supuesto, cuando se encienden los focos, cuando la luna se descuera entre las nubes.
El listado se alarga a medida que la moda impone estrellas con algo del gusto y el affaire coliza, a medida que se hace más útil un stock de nombres para camuflar la rotulación paterna, a medida que se requiere más humor para sobrellevar la carga sidosa. Aquí van algunos, sólo y exclusivamente de muestra, rescatados de las densas aguas de la cultura mariposa.
La Desesperada

La Cuando No

La Cuando Nunca

La Siempre en Domingo

La María Silicona

La Cortavientos

La Puente Cortado

La MaricomboLa Maripepa

La FaraonaLa Lola Flores

La Sara Montiel

La Carmen Sevilla

La Carmen Miranda

La María Félix

La Fabiola de Luján

La Loca de la Cartera

La Loca del Pino

La Loca del Piano

La Loca del Moño

La Cola del Rincón

La Multiuso

La Palanca

La Moderna

La Freno de Mano

La Patas Negras

La Patas Verdes

La Yuyito

La Pata Pelá

La Trolebús

La Claudia Escándalo

La Ilusión Marina

La Lola Puñales

La Yo No

La Compra Almas

La Pide Fiado

La No Se Fía

La Perestroika

La Poto Aguja

La Siete Potos

La Poto de Palo

La Poto Ronco

La Abeja Maya

La Cola del Barrio

La Multimatic

La Fácil de Amar

La Krugger

La Burger Inn

La Prosit

La Ninja

La Karate Kid

La Si me Llaman Voy

La Doctora

La Diente de Leche

La Poto Asesino

La Llave de Cachete

La María Misterio

La María Sombra

La María Riesgo

La María Acetaté

La María Sarcoma

La Mosca Sida

La Frun-Sida

La María Lui-Sida

La Lúsida

La Bien Paga

La Nomeolvides

La Ven-Seremos

La Zoila-Sida

La Zoila Kaposí

La Sida Frappé

La Sida On The Rock

La Sui-Sida

La Insecti-Sida

La Depre-Sida

La Ven-Sida...

lunes, 1 de febrero de 2010

Tandarica me gusta


No sé si alguien se acuerda de él y si tuvo el reconocimiento que se merecía. Para mí es nuestro Buster Keaton.

Quiero hacer una obra con algo de su material y lo único que conseguí es éste video (no es de los mejores). Hoy es un buen día porque el recuerdo (que me acompaña hace más de 15 años) pasó a imagen de video. Una forma de confirmar que a pesar del tiempo sigo admirando la economía de sus gestos, su ritmo y su capacidad de ingresar a cualquier lugar para darlo vuelta.