jueves, 19 de marzo de 2009

David Lynch y cuatroicuarto







Del libro Atrapa el pez Dorado de David Lynch (que estoy leyendo) extraje un fragmento que lo relaciono con el grupo de danza bahiense "Cuatroicuarto" luego de las intensas horas de trabajo que realizaron en el seminario de los finlandeses. Buscar el camino con el cuerpo ¡¡¡Eso es!!! , así todo cobra sentido.

Fragmento:

"Conocí a Angelo Badalamenti en Terciopelo Azul y desde entonces ha compuesto la banda sonora de todas mis películas. Le considero un hermano.
Trabajamos así: A mí me gusta sentarme a su lado en el banco del piano. Yo hablo y Angelo toca. Toca mis palabras. Pero a veces no las entiende y toca muy mal. Entonces le digo: "NO,no ,no ,no, Angelo". Y cambio un poco las palabras y él toca de otra forma. Y mediante este proceso acaba dando con algo y le digo. "¡Eso es!". Y entonces sigue con su magia por el camino correcto. Es muy divertido. Si Angelo fuera vecino de al lado, me gustaría hacerlo a diario. Pero él vive en Nueva Yersey, y yo en LA".

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por el comentario. Es un orgullo y un placer que se valore de tu parte el trabajo que hacemos con cuatroicuarto. tratamos de consensuar en grupo las cosas que salen de este nombre, pero me atrevo a agradecer en nombre de todos tu reflexion.
Sabras mucho mas que nosotros lo que es trabajar en las condiciones que a veces trabajamos... pero como habla Wilson Pico, desde la necesidad nace la danza. Tus palabras, despues de tanto trabajo, son muy refrescantes.
Agradecidos y honrados.
Diego C.
cuatroicuarto.

Natalia Martirena dijo...

Diego, el camino es ese, te familiarizas con el proceso de pescar una idea y traducirla, de trabajar en equipo, y de ser vos en ese mundo.
abrazo

Anónimo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=grR867UUIns
Viva La cenicienta socialista

Anónimo dijo...

cosas que te habia puesto en el mail. La carta justo la había visto en el museo. beso

Natalia Martirena dijo...

dale en contacto alfredo fernando, pareces de una novela mexicana!

el otro diego dijo...

mucho para decir no hay, o por lo menos hacer el ejercicio de intentar encontrar palabras para agradecer algo no me parece necesario en este caso. ya que si logramos algo remotamente similar a lo que describe Badalamenti estamos joya.frente al impedimento de lenguaje a veces esta bueno poder decir nada más: gracias. y no rebuscarme tanto, je