Una hora de cola para que te saquen una foto con formato afiche, tu cara y un lunar en la frente. Era un cubo gigante lleno de lunares negros con fondo blanco, te metias adentro , corrias una cortinita de tela y un flash daba por terminada la cosa, ponias la cara que querias o podias y esperabas afuera hasta que en un momento caia desde una ranura (como una hoja de una fotocopiadora) desde una altura de 3 metros tu foto en blanco y negro. Era un ciclo sobre arte Indu en el Tate Modern London. Con el afiche en la mano uno se llevaba una pregunta: para que quiero mi cara en gigante con un lunar en la frente? sobre todo cuando miraba los ojos de la chica hindu (en el afiche gigante) con una intensidad que ninguno de los ladrones de lunares podiamos tener. Me quede un buen rato mirando otros afiches para confirmar la teoria de que ese lunar era profanado en secuencia, vacio y postizo.
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