Cuando tenia 9 mis padres me llevaron al Teatro San Martin de Buenos Aires al estreno de Cafe Muller y La Consagracion de la Primavera, no habia lugar y nos sentamos en las escaleras de alfombra.
Yo estaba cursando clasico en la Escuela De Danza y nada en mi cabeza era mas importante que tutus y puntas. Cuando estaba mirando la obra La Consagracion de la Primavera a la bailarina protagonista se le cae un bretel y se queda con una teta afuera y luego la otra, yo miro a mi papa con una cara tal que me dice: "es asi" y me toca la pierna con dos palmaditas (me acuerdo bien cuando me toca la pierna,,,,,) luego me pase 30 minutos en Cafe Muller mirando como se golpeaba contra una sillas una bailarina hermosa, para mi era imposible asimilar todo eso. Durante el resto de mi vida me la pase recordando esos momentos, digiriendolos en camara lenta, teta, silla, teta, silla, un giro, un jete, una teta, una grand ecart y una silla, un fouette y una teta, un port de bras y una teta, una coronita y un plie y una silla, un tour con teta y silla.
Una teta y una silla que ahora son otra cosa pero te siguen de cerca para siempre y no creo que haya bailarin que no le pase lo mismo.
Por ella este homenaje. \
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