martes, 10 de marzo de 2009

Estás ahí?




Una idea capital de John Berger(novelista,crítico de arte, dramaturgo) es que el artista es un receptor. Su tarea es anunciar que ha visto algo, afirmar así las presencias y ausencias que nos rodean. Por eso, al tiempo que un artista mira su objeto, lo está creando; y mientras lo crea, se abre a lo que ese objeto es y tiene para decir. Para Berger, crear(vivir) es siempre una colaboración amorosa.

Entonces compañeros como él dice: ya no somos autores, somos receptores!!!!, no tanto la fuente del sentido sino como alguien que espera atento la llegada del otro.

Cuando venís? que me siento sola.
voy? o mejor te espero?
voy........ esperá un cachito.

Fragmentos de la entrevista que hizo flavia Costa.

9 comentarios:

Fer dijo...

...bueno pero metele què son pasteles! je

Natalia Martirena dijo...

de membrillo? dale en 5 estoy .

Anónimo dijo...

yo espero, yo espero

Fer dijo...

si membrillo gustar mucho! pongo la pava...què lindo què lindo!!

Anónimo dijo...

sigo esperando...

Natalia Martirena dijo...

si la espera es muy larga es porque no hay diálogo.¿será monologo?

Ricardo de Armas dijo...

Adhiero totalmente a la idea de Berger en cuanto a la relación creador - objeto - creación.
Una posición similar sustenta J. Baudrillard en "La ilusión y la desilusión estética" en referencia a la sedución del objeto en el hecho creativo.

Natalia Martirena dijo...

aclaro que objeto es también idea, situación.....
Mañana voy a tratar de ir a la Fisa para ver tu obra.AH! me gusta tu tema el primero que tenes en tu página

Ricardo de Armas dijo...

Natalia, gracias por tu comentario. Volviendo al tema en cuestión recuerdo a mi maestro Enrique Belloc quien siempre me decia "Es muy peligroso establecer un vínculo afectivo con la idea, situación u obra que uno está tratando de gestar" No hay que enamorarse de la idea/ situción/ obra porque esto nos quita objetividad en el momento de formalizar o generar la estructura del discurso. Es decir que corremos el peligro que el "objeto que miramos" (como dice Berger) se transforme en sujeto o lo que es peor, en una prolongación de nuestro espejo.