Hay tantas opiniones como mejillones pegados en un espigon

Despues de una función todos opinamos, es la parte inevitable y es la parte sin salida. No es que esté mal opinar en caliente, nada más que he confirmado que mi verdadera opinión es al otro día, con los restos y en silencio:

Me gusta, me gusta un poco, no me gusta...
Excelente, genial, emocionante, un bodrio, ni fu ni fa...
Esta parte sí, esta no...
esto me gusta y no se por qué, esto no me gusta y no se por qué...
Una imagen pegada a mi retina y para siempre,
entusiasmo borracho!
o todo lo contrario.....
En ese balance se nos juegan gustos, deseos, proyectos/proyecciones, frustraciones, formación, amistades, conceptos de arte y modos de ver el mundo. No hay nada menos ingenuo y menos transparente que un espectador.

Tipología de opinólogos escrita a velocidad jet (todos tenemos un poco de esto):

Los que si estás muy cerca de su lenguaje siempre buscan la diferencia como falta y no como marca para afirmarse.
Los que si no sos su amigo te pegan por no pertenecer a su tribu.
Los que si estás muy lejos(y despues si te vas muy lejos mejor) idealiza con un comentario "si pero ...".
Los que disfrutan descubrir qué le gusta o no (ese espectador es el más cálido, no está todo el tiempo sentenciando desde el púlpito y te deja entrar en la charla.
Los que te exigen principios que después no aplican, los típicos sin memoria (para mí son insoportables)
Los que hacen bien poco en relación a su rol(no es lo mismo opinar en un bar, que en una clase, que en una conferencia, no es lo mismo si el que opina es docente, no es la misma la responsabilidad)
Los que opinan mucho y contundente, pero hacen poco e inconsistente
Los que disfrutan mucho y agradecen(a veces por que son amigos)
Los que son fans y no hay modo de entrar y no importa.
Los que alaban porque saben que la alabanza pega la vuelta y después les toca a ellos (espíritu corporativo, o algo de eso)
Los que se toman el asunto en serio y opinan, los que se esfuerzan hasta ahí y opina, los que tienen opiniones incluso para lo que no ven... En algo coinciden: los tres sienten que su palabra es la justa (bueno, el que se toma el asunto en serio es el primero en poner en duda su propia opinión, así que nos quedan los otros dos)

Opinar es como abrir un mejillón... depende de muchas cuestiones para abrirlo, la obra es el desencadenante de muchas cosas que trascienden la obra y nunca se opina necesariamente de lo que se ve. Se puede reflexionar, ser intenso, darse tiempo, permitirse dudar, se puede sobrevolar, se puede decir lo primero que nos viene a la cabeza (ah, la espontaneidad!), se puede sentenciar de manera inapelable. Para mí es cuestión de tomarse en serio lo que dice el artista plastico Martin Kippenberger: "Esta vida no puede servir de excusa para la próxima".